El Tiempo
Los bolsillos de los cuencanos cada día se estrechan más y es que el aumento de 30 dólares al salario mínimo que decretó el presidente Rafael Correa a inicios de año no evitó la disminución del poder adquisitivo.
RealidadLos datos oficiales muestran una realidad que analistas esbozan desde hace días, pero que la población siente desde hace meses. A la fecha, una remuneración mínimo de 334 dólares apenas sirve para cubrir 64 por ciento de una canasta familiar que se situó al cierre de marzo en 518,96 dólares, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC.
El ente hace este cálculo para una familia de cuatro personas, donde trabajan 1,6 personas y se devenga un ingreso mensual de 334 dólares netos. Esta proyección incluye vivienda, educación, salud y transporte.[mas]
Publicado Huasi Pichai
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El ente hace este cálculo para una familia de cuatro personas, donde trabajan 1,6 personas y se devenga un ingreso mensual de 334 dólares netos. Esta proyección incluye vivienda, educación, salud y transporte.
El Gobierno calcula que la mayoría de la población ecuatoriana tiene estos ingresos mínimos, lo que supone que millones de personas están en serios aprietos a la hora de pagar las cuentas.
Inflación devoradora
Sólo en lo que respecta al Índice de Precios al Consumidor, IPC, en Cuenca ya se acumula una inflación anualizada del 2,26 por ciento, con un evidente impacto sobre rubros que son necesarios para la población, como los productos alimentarios, vivienda, servicios de salud y transporte.
De acuerdo con las cifras que maneja el INEC, los precios de los alimentos se han elevado 48 por ciento en este año. Al mismo tiempo, los datos suministrados por la entidad indican que el transporte ha aumentado 0,62 por ciento en el transcurso del año, mientras que las medicinas han subido un 0,84 por ciento.
El Gobierno ha tomado medidas para enfrentar este enfriamiento de la marcha económica, a través de subsidios a productos como la harina de trigo, el arroz, el aumento al bono de desarrollo humano de 15 a 30 dólares y las alianzas para que los más pobres adquieran alimentos con descuento en los almacenes de cadena y algunas tiendas con las tarjetas del bono.
Analistas como el catedrático e investigador de la Universidad de Cuenca, Jorge Seade, son críticos con estas políticas de subsidios, porque encarecen el dinero y solo representan un gasto para el Estado. “Lo que el Gobierno debe hacer es generar proyectos de inversión para que se generen empleos. Un Gobierno que no genera empleo no produce crecimiento económico”, finalizó.